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Archive for octubre 2009

mascaras(3)Autor: Ismael Dagostini (El Padre Insumiso)

Ayer mi hijo mudó un diente. Entre juegos lo perdió y lloró mucho porque “el ratón” no le dejaría una moneda. Por fortuna el ratón es un experto y no sólo le dejó su recompensa monetaria sino que el diente apareció mágicamente bajo la almohada.

La cara de asombro de un niño ante acontecimientos mágicos como éste es invaluable. Podría contemplar ese rostro todo el día sin cansarme. Por mi hijo soy capaz de hacer aparecer duendes, hadas, caballeros Jedi y hasta regalos en navidad.

Espero estar creando un balance, pues me parece importante contestar siempre con la verdad a todas sus preguntas. No me gustaría que algún día me reclamara el haberle mentido.

Acabo de ver un episodio de House MD donde una pareja tiene un bebé con genes tanto masculinos como femeninos. Ellos deciden operarle para hacerle varón. Ya en la adolescencia, en el hospital, se ven forzados a decirle la verdad. Sorprendentemente al niño lo que le molesta no es su condición, sino el que sus padres le hayan mentido tanto tiempo.

Así me sentí yo cuando me enteré que todo lo que nos enseñan de historia en la primaria es mentira. Recientemente, ayudando a mi hijo con una tarea, descubrí que el águila devorando una serpiente es una manipulación descarada. Según un foro de discusión de Wikipedia, el códice original sólo presenta a un halcón sobre un nopal. Sí, halcón (no águila) y sin serpiente, pues ésta fue añadida por el padre Diego Durán para simbolizar la derrota del pecado.

Eso de que la historia del país está en nuestra bandera es una burla. Cómo debo sentirme al saber que todo ese tiempo invertido durante la primaria en aprenderme la historia de México fue una pérdida de tiempo.  Entiendo que se manipulan los hechos para crear nacionalismo, pero llegar al grado de crear toda una cultura basada en mentiras… con razón estamos como estamos. Mira que llamar Padre de la Patria al hombre que en pleno grito de dolores exclamó “Viva la Virgen de Guadalupe. Viva Fernando VII” (el rey de España), ¿nunca Mexico?

Por eso dicen que la conquista la hicieron los nativos, la independencia los españoles y la revolución la seguimos haciendo.

En la página Metatube: 10 mitos de la historia de México, se pone en duda la existencia del Pípila, se dice que la Revolución Mexicana sólo fue la suma de varios alzamientos armados que incluso lucharon entre sí; que Benito Juárez no fue el único presidente indígena, además de que él no fue muy complaciente con los indígenas del país, y que ningún Niño Héroe se arrojó con la bandera. Así como éstas, podemos encontrar muchísimas falacias históricas que damos por hecho, por haberlas estudiado en la escuela.

Las maestras de la primaria probablemente creían lo que enseñaban. La sociedad entera cree lo que ha estudiado desde la infancia. Los gobernantes son expertos en manipulación, pero dudo mucho que ellos conozcan incluso la historia oficial de la primaria.  El engaño viene desde mucho tiempo atrás y, por desgracia,  los historiadores no son los autores más leídos en nuestro país.

Tenemos una historia pirata. ¿Qué le están enseñando a nuestros hijos?

Me pregunto cuánto más será mentira. Dicen que un pueblo debe conocer su historia para aprender de los errores del pasado, pero qué sucede cuando ese pasado es falso. ¿Dónde está el aprendizaje? Seguiremos siendo un país tercermundista si incluso las personas que contamos con una educación al menos básica, en realidad continuamos sumidos en la  ignorancia, pues no conocemos nuestra verdadera historia.

Yo me sentí culpable por introducir la fantasía en la relación con mi hijo. Sin embargo, creo que el juego y la fantasía tienen un papel importante en la maduración intelectual de un niño (El ratón de los dientes puede quedarse). Lo que sí resulta dañino es cuando nos hacen creer que ya no es juego, que es la realidad y resulta ser una o varias mentiras.

Jugar a la fantasía es una cosa. Vivir en la mentira es otra muy distinta.

Hoy voy a jugar con mi hijo a todo lo que se nos ocurra. El sabe qué es un juego. Y cuando me haga preguntas seguiré contestando con la verdad.

Sólo me gustaría saber cómo hizo el ratón para encontrar el diente perdido de mi hijo. Yo ya lo había buscado por todas partes.

Frases Célebres sobre la Verdad y la Mentira

Dr. Gregory House: Todos mienten.

Los Jesuitas: La verdad nos hará libres. (Se nota que no eran abogados).

Agente Mulder de los X-files: La verdad está allá afuera. (Sí afuera, pero ¿dónde?).

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No deja de sorprenderme la capacidad que tenemos los seres humanos para adaptarnos a las situaciones mas bizarras. En mi vida prematernal, viajar fue siempre uno de mis grandes placeres. Debo confesar sin embargo, que fui de esas personas detestables a quienes le fastidiaba profundamente ir sentada cerca, a lado, enfrente o atrás de algún niño, especialmente cuando a ese niño le daba la gana ser infeliz y hacernos infelices al resto de los pasajeros durante la totalidad del trayecto,  vocalizando su infelicidad en amplitud NO modulada, es decir con toda la capacidad permitida por sus pequeños pulmones.

Mi fastidio estaba muy lejos de ser sutil,  muchas veces tuve el descaro de pedir cambio de asiento en voz alta, y encima echarle unos ojos de pistola a los pobres padres, quienes de acuerdo a mi no tan amplio criterio, carecían de cualquier pista de capacidad para calmar a su nene gritón: “!!Por favor!! tengo que dormir!!! ¿Qué se está pensando esta gente?.— mi queja silenciosa de uso frecuente.

Ahora que hago memoria de aquellos tiempos no tan lejanos, me doy cuenta que mi bastardismo no tenía límites, ya que el simple hecho de estar detrás de una familia con niños pequeños, esperando el turno para documentar equipaje, era suficiente para ponerme del peor humor posible, y echarme a perder lo que podría haber sido un magnifico dia: “Ufff…..,  será posible que alguien pueda viajar cargando tantas mugres” (refiriéndome al número de bultos cargados por la familia en cuestión).“De veras que tener hijos vuelve a la gente lenta e idiota,: ¿porqué no se mueven?  ¿no ven que la línea está larguísima? ¿Van de vacaciones o decidieron mudarse al Este con todo y sus vecinos? ¡Toma tu tiempo cretino, no hay prisa, aquí te espero mientras persigues a tu chukie (el muñeco diabólico) por todo el aeropuerto!.—Estos son solo unos cuantos ejemplos, de la serie de barbaridades que cruzaban por mi cabeza.

Afortunadamente, la vida es cíclica, y hoy soy uno de esos padres, de los que solían fastidiarme tanto, en mi otra vida.

Payback

El mes pasado decidimos tomarnos unas vacaciones para ir a visitar a los abuelos de mijita, muy cerca del hogar de Dorothy (muy querido personaje del Mago de OZ).

Nos pareció que entre dos adultos sería muy fácil viajar con un infante, y además cumplir con todos los requisitos exigidos por aeropuertos, aerolíneas, gobiernos paranoicos y las buenas costumbres. Y en resumen así resultó nuestra primer experiencia como padres viajeros:

Día del viaje. Dos horas y Media antes del despegue.

Documentación de Equipaje:

3 maletas, una maleta por cada miembro de familia. Perfecto. 30 dólares por la primer maleta, 20 dólares por las subsiguientes. Como prefiere pagar? Tarjeta? Perfecto. Firme aquí, firma allá, aquí esta su recibo. Tan fácil como eso.

Equipaje de mano. Aquí se complica un poco la ecuación cuando viajas con niños:

  1. Asiento de coche para bebé, aprobado por FAA. Para información detallada, ver pagina de aerolíneas en el rubro de “viajar con niños”, pero si te da pereza aquí te va un tip rápido: prácticamente todos los asientos de “marcas reconocidas”, hechos en Estados Unidos, cumplen con este requisito. Además, NADIE TE REVISA el asiento, lo único que les importa es que entre por el hueco de la máquina de rayos X,  quepa en el asiento del pasajero y haya manera fácil de sujetarlo con el cinturón.
  2. Pañalera con todos los líquidos y cremas en frascos no mayores a 3 oz, y bien afiladitos dentro de bolsas de plástico transparente.
  3. Una bolsa de mano con todos mis artículos personales (no líquidos), incluyendo mi computadora, aunque esto de mencionar la computadora como artículo personal suena redundante, porque salvo un Tampón, no se me ocurre nada mas personal que puedas cargar como equipaje de mano.
  4. Mochila de “mijita” con libros y juguetes para combatir el aburrimiento y evitar escenas bochornosas que incluyan gritos y llantos (vamos a ver).

Total de bultos a cargar: 4 bultos mas el infante

“ I am on a plane, and I cant complaint”,

Tuvimos mucha suerte en que nos asignaran los asientos más perseguidos de la clase turista, esos que se encuentran inmediatamente después de las mamparas de privacidad para Primera Clase.

Nos acomodamos con muchos trabajos pues la cantidad de cosas que traemos con nosotros no nos permite la movilidad suficiente como para no estorbar de vez en cuando a los pasajeros que aún quieren llegar a su asiento y tuvieron la mala suerte de encontrarse con nosotros: los padres que viajan como beduinos y después de media hora, todavía no se enteran como sujetar el asiento de coche, al asiento de avión.

Debo decir que hasta ahora, mijita se ha portado como una “dama”. Todo ha estado perfecto con ella, hasta pasar por seguridad, y la quitada de zapatos y chamarras, y la chicharra del detector de metales, y la espera a que un agente femenino venga por nosotros a la cámara de revisión secundaria, etc., todo lo ha tomado como solo los valientes pueden. Yo estoy pensando que la gente no se ve tan molesta en estos días cuando la revisan de pies a cabeza, descalzos y con las miradas del resto de nosotros encima. Estoy pensando: ¿como es posible que nos hayamos acostumbrado a esto que tiene escrito por todos lados la palabra “vejación”?

Bueno, volvemos a la escena del avión, pero ya al momento previo del despegue, donde por fin ya estamos los tres acomodados en nuestros respectivos asientos, nuestro sentido común nos dice que mijita debe ir entre los dos adultos, pero el sentido común pronto se convierte en “error de principiante” cuando la azafata que realiza la revisión para el despegue, nos dice que la nena debe ir en el asiento de la ventanilla, y me pregunta si el asiento es aprobado por FFA.

“¿Qué se supone que debo contestarte guapa?: ¿que si no sabes tú, menos yo? ¿Que por mas veces que leí las instrucciones de tu aerolínea, para mi como si estuvieran en chino porque nunca me quedó claro? ¿Qué como es posible que me vengas a preguntar esto ahora que estamos a un minuto de despegar, cuando pasamos al menos por tres inspecciones en las que alguien pudo darse cuenta si era o no el autorizado, antes de subir al avión?”. Entonces le respondo con firmeza: sí, este es el asiento adecuado.

Por fin despegamos, y todo ha salido de maravilla, mijita ha estado disfrutando de su asiento en ventanilla, para ver por primera vez el mundo desde arriba y no desde abajo como lo ha visto desde que empezó a caminar.  Después una siesta, y justo a la mitad del vuelo:

La nena empieza a desesperarse, no la contenta ni el agua, ni las roscas de avena que tanto le gustan, ni nada, quiere bajarse de la silla y caminar, infelizmente estamos en medio de una turbulencia, así que eso de caminar no va a ser posible.

Su llanto no es tenue, de hecho creo que lo que está haciendo cuando lo hacen otros niños se llama “berrear”, es cuando empieza a morderme la culpa y mortificada recuerdo todas las veces que  desee ir en un avión donde no se aceptaran niños.

Pienso que en este avión, no faltará algún cretino que como yo en el pasado, ahora mismo esté deseando que pasen una regulación en la que se asignen vuelos “libres de niños”.

También, pienso que cambiaría todo el equipaje de mano, por un disfraz de payaso, que sería lo único que se me ocurre podría distraer a mijita de semejante berrinche, y que ojala cambiaran su rutina las aerolíneas y agregaran la siguiente instrucción en su guión:

“Favor de abrocharse los cinturones y ……ponerse los audífonos”.

No me queda otra que hacerle los 5 numeritos de emergencia (todos con la velocidad que solo se logra sintiendo la presión de la vergüenza pública):

  1. Pikabu. No resulta, ya se dio cuenta que no voy a ir a ningún lado, que estamos cautivas en una caja de aluminio sellada por todos lados.
  2. Dame 5. Tampoco resulta el choque amistoso de manita con manota.
  3. Popurrí de la abuelita rosa: arroz con leche me quiero casar, esta niña linda que nació de día, pon pon pon ( ya estoy cantando, debo estar realmente desesperada).
  4. El mono ahogado (inflar los cachetes y aguantar la respiración hasta ponerte morada), por la descripción, deben darse cuenta que ya estoy al borde del suicidio.
  5. La voz del hombre al que le pico una abeja en la lengua. No se porque le hace tanta gracia esto desde que vio la película de Adam Sandler: Bedtime Stories. Este numerito ha sido mi salvación esta vez, mijita esta sonriendo.

Por la narración de los eventos, podría inferirse que estoy viajando sola o que mi marido se mantiene inerte ante cualquier situación, todo lo contrario, desde que somos padres, nuestra vida se ha convertido en una constante carrera de relevos.

Hemos aterrizado, y no ha estado tan mal como esperaba. Mijita se encuentra placidamente dormida. Tratamos de recoger todas nuestras cosas con la mayor discreción posible, sin molestar o estorbar. De pronto dos chicas que todo este tiempo han viajado detrás de nosotros, me miran sonrientes. Les devuelvo la sonrisa de manera automática, entonces una de ellas se acerca y me dice en voz baja: que bien se ha portado tu niña. Le doy las gracias sin saber muy bien por qué. Y agrega: Porque el chiquillo de atrás no ha parado de gritar en todo el vuelo.

Me doy cuenta que nunca escuche al “chiquillo de atrás” y desde luego jamas debi darle las gracias a esa chica.

Gracias por leerme                                                       No olviden dejar su comentario aqui mismo.

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Tengo una vecina a la que veo ocasionalmente. Su bebé  es un par de meses menor que mijita y tanto la madre como el hijo son realmente adorables.  La cuestión es que cada vez que nos vemos, padezco de un terrible caso de déjà vu, porque el encuentro siempre se desarrolla bajo el mismo formato y contenido: invariablemente al inicio o final de su caminata diaria con el bebé cargado al pecho con ayuda de algún sofisticado mecanismo,  de esos que ahora están tan de moda, entre las madres de la farándula. Y el contenido de la conversación, al que más   bien calificaría de monologo, donde mi participación se limita al saludo inicial “ ¿cómo están?”, y a una serie de interjecciones intercaladas con  alta dificultad a lo largo de su detallada descripción de los últimos avances y monadas del nenito: “aja”, “mmm…”, “¿siiii?”, “¡queee lindoooo!”

Perdón, pero seguramente a la abuela del nene le alegraría mucho recibir tan minucioso reporte de actividades—, pienso para mis adentros, contando en segundos los minutos que lleva mi linda vecina sin parar de hablar.

Esta situación se repite infaliblemente cada vez que nos encontramos, sin importar si el interlocutor (es decir, la que escribe), tiene prisa, quiere ir al baño, está por recibir una llamada importante, o no le da la gana escuchar menudo discurso, y sencillamente tuvo la mala suerte de salir a recoger el correo, justo cuando la vecina pasaba por enfrente.

Situaciones como la de mi vecina son muy comunes, así como encontrarse con mapadres que realmente están convencidos de alguna o más de las siguientes premisas:

a)    Que todo lo que hace su hijo es sobrenatural, y supera las expectativas de cualquier madre dentro de su radio social.

b)   Que su hijo es adorable bajo cualquier circunstancia, y peor aun que su hija o hijo son el bebé  más   hermoso que haya pisado este planeta.

c)    Que realmente la vida las premió con un hijo genio.

Por todo lo anterior, he llegado a la conclusión de que los mapadres, pero especialmente las madres, son como la justicia: ciegas.

No me tomen a mal, no encuentro del todo nocivo que los mapadres tengamos un profundo amor hacia nuestros hijos, el cual nos dota de algunos superpoderes inalcanzables para los Homos Apaternus (Seres sin hijos o aquellos con incapacidad de amor fraternal):

a)    Visión Romántica: cuando vemos a nuestro hijo, todo lo que vemos es a un querubín. Sin importarnos que la ridícula foto que le tomamos a los doce meses, con alitas, pelos parados y traje de Adán o Eva, nos va a costar miles en terapias.

b)    Barrera Anti Proyectiles: ninguna indirecta o directa que cuestione o ponga en tela de juicio la superioridad intelectual y física de mi bebé, podrá convencerme que mi hijo es “normal”, como…todos…. Los… niños.

c)    Dispositivo Reconciliador:  Este es el poder más   importante de todos los que adquirimos al ser mapadres y su aplicación más   importante la encontramos en la reducción del nivel de tensión con los suegros, especialmente con suegras hipercríticas, ya que la simple existencia de los nietos, nos hace necesarios a los mapadres, convirtiéndonos así en objetos de manejo frágil. Los suegros serán los primeros en buscar tu bienestar por el bien del nieto.

Mi problema con la “ceguera” mapaternal, tiene que ver con algo que he decidido llamar:

Sobredosis de Autoestima.

Más   de una vez me he encontrado con niños, ya mayorcitos, hijos de amigos e incluso parientes cercanos, que sin el menor recato, reconocen que son “especiales” y no son “como los demás niños”. Esto es bueno, como todo, sin excesos, porque otros resultados de esta cultura del “ser especial”, es la aspiración a los 15 minutos de fama, que desafortunadamente vemos a diario con muy buenos ratings, en programas tipo: American Idol, o con la imitación de rasgos de personalidad de modelos que no tienen ningún merito ni intelectual, ni emocional, ni mucho menos humano. Ejemplo más   visto:  ¿Cuántos chihuahuas o máscotas más pequeñas que las pulgas del gato de mi vecina, anda por la calle, atrapado entre las garras de un bolso de mano de diseñador (el bolso puede ser original o copia a elección de la “PET Model” )?. Cualquier persona con un coeficiente intelectual “normal” puede percibir lo ridículo de la imagen, pero sin duda quienes persiguen estos patrones publicitarios, y/o modas, o no les importa o simplemente no alcanzan a comprender el nivel de superficialidad bajo el que están viviendo o peor aún, promoviendo, gracias por supuesto a esta cultura de “Alta Autoestima”, que más   bien tendría que llamarse: “Falsa Autoestima”.

Los mapadres debemos buscar que los hijos cuenten con los elementos emocionales e intelectuales para ser felices, esa es una de nuestras tareas más importantes e incluye dotarlos de autoestima, pero también es nuestra obligación transmitirles lo que es la responsabilidad y la capacidad de análisis, ayudarles a desarrollar la habilidades que los ayuden a distinguir lo correcto de lo incorrecto, entre lo alcanzable e inalcanzable, entre la realidad y los “sueños”. Pongo los sueños entre comillas, por una razón:  aunque abogo por la realidad, creo profundamente que los sueños pueden y deben alcanzarse, pero entendiendo claramente que los sueños no son como la lotería, sacar un numero y esperar a ver que pasa (aunque nunca pase nada, la ilusión es la que prevalece), para alcanzar los sueños, hay que primero evaluar si este sueño es realmente lo que queremos, definir los pasos que debemos seguir para alcanzarlo, y ya alcanzado el sueño , saber qué es lo que vamos a hacer con él.

Por lo pronto, la próxima vez que me encuentre con mi vecina, después de saludarla le diré que tengo que llamar a mi suegra, para reportarle la serie de eventos extraordinarios ejecutados esta semana por mi maravillosa minigenio de 18 meses.

«Por cierto, vecina, a que edad empezó a caminar Einstein? Creo que un poco después que minigenio. Que increíble no??»

Gracias por leerme!                                                         No olviden dejar su comentario aquí.

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mascaras(3)

A partir de esta semana, tendremos como Bloguero invitado a   ISMAEL DAGOSTINI, quien traera a nuestro espacio el Balance Ying/Yang. El Padre Insumiso, es su queja contra el monopolio femenino otorgado social y culturalmente a la madre sobre los hijos. Gritandonos a la cara: !Aqui estoy! !Soy yo, el padre, NO SOY INVISIBLE, feministas descocadas!. Disfrutenlo. Marga Britto.

BLOGUERO INVITADO: ISMAEL DAGOSTINI

“Hay amores que se dan en el padre y hay amores que se dan…  en la madre.”

Eugenio Derbez.

Al hablar de los hijos es común escuchar el punto de vista de las madres. Las sorprendentes historias de los sacrificios hechos por algunas mamás. Mientras que el padre sólo es como un extra en la relación familiar. Al padre se le menciona como el que sale muy temprano y regresa muy tarde, ya cansado del día de trabajo. Es el que regaña. “Ya verás cuando regrese tu padre.” El ausente, el que representa al cerebro de la familia y por lo tanto es incapaz de mostrar emociones.

Me parece de lo más injusto. Especialmente cuando yo soy un padre que pasa todo el día deseando regresar a casa para ver a mi hijo, jugar con él y hacer la tarea juntos. La radio parece enviarme mensajes con sus canciones. La voz de María Dolores Pradera me dice en representación de mi hijo: el tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a mí. No importa si son dos minutos, o si es uno sólo, yo seré feliz.

Así que no me gustaría llegar anhelando abrazar a mi hijo y que me digan que debo regañarlo. Sería lo más frustrante que me podría suceder.

Recuerdo que en mi infancia me tocó ver una película argentina llamada “Días de Ilusión” En ella una madre (¡¡¡de nuevo la madre!!!) era internada en una institución mental simplemente por crear un mundo fantástico y maravilloso para convivir con su hija. Recuerdo que me parecía tan sorprendente que la sociedad castrara la felicidad de esa manera. Yo me propuse aquel día, que si llegaba a tener hijos, los convertiría en las personas más felices de la tierra.

Hoy tengo un hijo y, por fortuna, una esposa increíble que también sabe disfrutar de la felicidad. Los tres convivimos en nuestro mundo de fantasía. Claro funcionamos en el mundo “real”, pero entre nosotros hemos logrado construir una isla de nunca jamás que disfrutamos bastante.

Me gusta ser un padre participativo y por eso renuncio a la imagen del padre regañón y ausente. Creo que estimulo a mi hijo a ejercitar las diferentes inteligencias y lo hago a través del juego y la convivencia. Verlo crecer feliz me llena de regocijo.

No sé si esto me hace un Padre Insumiso. Actualmente son cada vez más los hombres que renuncian a la antigua idea de que la mujer debe criar a los hijos. Yo creo en la democracia familiar. Padre, madre e hijos son personas que forman parte de un mismo sistema y su funcionamiento depende del trabajo en equipo.

Lo cierto es que soy un padre feliz. Me siento orgulloso de mi hijo y me da mucho gusto poder afirmar que sé hacerle de desayunar, que lo llevo a la escuela, que lo peino todas las mañanas y que puedo platicar con él de lo que sea.

Me llena de orgullo poder afirmar que conozco a mi hijo.

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No tenía planeado escribir esta semana sobre el asunto de Polanski, pero  la verdad me ha provocado tanta irritación escuchar los comentarios en pro y en contra de Polanski, mientras al fondo de los hechos y dichos, yacen inadvertidos los errores cometidos por adultos y que después derivan en trágicas consecuencias. No me refiero únicamente a la niña de 13 años, víctima del abuso del director de cine hace 30 años , sino también a la nena inglesa de 3 años desparecida en Portugal el 3 de Mayo de 2007, Madeleine McCann, mientras sus padres cenaban alegremente en un restaurante adyacente al complejo turístico donde sus tres niños, incluyendo Maddie, dormían presumiblemente bajo los efectos de un jarabe para la tos administrado por los propios padres, ambos médicos de profesión, sin la supervisión de un solo adulto de confianza.

O el desolador caso de Jaycee Lee Dugard, secuestrada hace 18 años en una parada de autobús, al sur de Lake Tahoe, por el depravado Phillip Garrido. La nena de 11 años, estaba sola en la parada de una autobús.  Felizmente, hace un par de meses fue rescatada juntos con sus dos hijas, producto del abuso de Garrido.

Y tantos casos más tan absolutamente bizarros y deplorables que se ven diariamente en los noticieros y diarios alrededor del mundo, y aquellos que se viven en el secreto más doloroso, o peor aún, tantos otros donde las víctimas no sobreviven para contarlo.

En todos estos ejemplos [sin dejar de lado la absoluta culpabilidad de los depredadores de menores] mi pregunta más punzante es:

¿Dónde estaban los padres?

En el caso de Polanski, no me alcanza mi comprensión para imaginar bajo qué contexto, una madre puede dejar en manos de un hombre entrados en los 40’s, a su hija de 13 años, para “tomarle unas fotos para Vogue Paris”.  ¿No sería lo normal en  cualquier madre en su sano juicio, acompañar a su hija, y nunca dejarla sola en tales circunstancias?  Samantha Geimer, la menor en ese entonces, estuvo no una vez sino dos veces a solas con el director polaco. Y hasta ahora no he encontrado una sola fuente donde se diga que Polanski era amigo íntimo, compadre o pariente de la familia Geimer, para que se le hubiese dado esa absoluta confianza de dejarle a una hija a solas por horas, en la casa de un extraño, porque ni siquiera era su propia casa, sino la de Jack Nicholson.

Quizás en este último escenario, me sería más fácil entender, pues estaría de por medio una confianza traicionada. Aquí, aunque también se ha traicionado esa confianza, esta fue brindada a la ligera, a una persona que no la tiene de facto, como podría ser un miembro de la familia o un amigo cercano.

¿Y los padres qué pensarían?:  “Wow mi hija va a ser una modelo internacional, con tan solo 13 años, este buen samaritano tuvo a bien elegir a mi hija, sin ningún interés más que el propio bien de nuestra puberta”.—— ¡vaya mentalidad de chorlito!.

El caso de Maddie (Madeleine MCCann), ha causado un circo mediático que me parece totalmente nefasto (como el que está empezando Polanski). En varios momentos de la investigación, autoridades tanto de Portugal como de la Gran Bretaña, así como algunos medios internacionales, han tratado de incriminar a los padres, incluso, como en el caso de los investigadores portugueses, aportando pruebas de ADN falsas para obligarlos a confesarse asesinos de la menor. Aunque las últimas noticias revelan que la noche de la desaparición, alguien habló por mera casualidad con una mujer, aparentemente australiana, quien confundiendo al interlocutor con otra persona, le preguntó a cuenta jarro: ¿Usted es quien me va a traer a mi nueva hija?

Posiblemente ya tengan en la mira a esta mujer en Australia, dando nuevas esperanzas de que Maddie se encuentre aún con vida. En verdad espero desde el fondo de mi alma que así sea, que se encuentre sana y salva, y que pronto regrese con el par de estúpidos de sus padres, que es de lo único que se les puede culpar al par de infelices.

El caso de Jaycee Lee Duggard es aún más complejo para mi entender, porque bueno, uno podría pensar que no se deja a una menor de 11 años, por la calle tomando autobuses por su propia cuenta, pero aquí, no estoy tan convencida de que los padres de Jaycee tengan un grado de culpabilidad como el que se puede atribuir a los Geimer en el caso Polanski, pero si a otros adultos, encargados de investigar y de ejercer las leyes. He aquí un ejemplo:

Policías de la localidad han aceptado que “perdieron la oportunidad” de salvar a las niñas Duggard, tres años antes, cuando un vecino de Garrido le dijo a la policía que el hombre conocido como “Creepy Phil”,  era un “adicto sexual” y solía ocultar a menores en su jardín trasero.

No sé qué más necesitaban estos guardianes de la ley para por lo menos acercarse a investigar qué estaba pasando, pero bueno otro error que le costó otros 3 años  de agravios a Jaycee y sus hijas. Felizmente ya están lejos de las garras de Garrido, y este último junto a su muy sumisa esposa, se encuentran tras las rejas, como debe ser, en éste y todos los casos de abuso a menores.

Y lo anterior me regresa a Polanski.  Tremenda consternación me ha causado el comentario del Director suizo  Otto Weisser,  y de donde tomé el título de esta columna:

(Polanski) es un chico brillante, y cometió un pequeño error hace 32 años. Qué vergüenza para Suiza”. (Refiriéndose a que el arresto se dio en el pequeño país rey de la neutralidad política).

Hay una petición en Internet, firmada por un centenar de estrellas en las que se incluyen a Martín Scorcese, Woody Allen y a Pedro Almodóvar”. Muchos de ellos opinan que el “buen” Roman aceptó en su momento su culpabilidad de haber “sostenido una relación sexual inapropiada con una menor”, y que pagó su culpa estando recluido 42 días en una Institución donde fue evaluado por psicólogos, por orden de un juez.

En efecto, así fue. Pero lo que no comentan quienes lo apoyan y critican al departamento de justicia, por esta inusual decisión de pedir su extradición para que enfrente a la justicia de los Estados Unidos, es que lo que Polanski cometió fue Violación de una menor, y que antes de que se le dictara la sentencia final, huyó a Francia, para jamás volver a pisar suelo americano. ¿Ya recuerdan que no pudo aceptar su Oscar por la película de El Pianista, hace un par de años?

No me extraña de Woody Allen o de Martin Scorcese que lo apoyen, pero si me decepciona Pedro Almodóvar, además por tratarse de uno de mis Directores favoritos, me parece una posición sumamente contradictoria, ya que ha solido criticar a la Iglesia por su constante conspiración para ocultar los múltiples casos de pedofilia que se han dado desde antaño hasta nuestros días.

Otras que me decepcionan totalmente son Penélope Cruz y Monica Belucci, y  tantas actrices que se han manifestado en contra del  turismo sexual, que afecta a muchos países, (sobre todo subdesarrollados), y desafortunadamente las víctimas son siempre menores de edad.

¿Entonces de qué se trata? ¿Queremos realmente proteger a nuestros hijos? O ¿es simplemente una táctica de RP que esta de moda entre las estrellas hoy dia? ¿Se vale que forcemos a las instituciones para que persigan a los pedófilos, siempre y cuando no sean ricos y famosos?

¿Se le va a aplicar la ley a Polanski, como se le aplicó al expresidentes Mexicano Luis Echeverria, por los asesinatos de estudiantes de 1968 y 1971, es decir: puro circo y al final se tocan el corazón con el viejito y no pasa nada?

Polanski es un gran creador, un gran Director, y sus películas son geniales. Pero eso no lo exime de haber cometido un crimen, y no debe estar encima de las leyes de ningún país.  En conclusión,  lo siento mucho pero cuando tienes hijos es muy difícil opinar de otra manera: Polanski debe enfrentar a la Justicia.

Gracias por leerme!                                                          No olviden dejar su comentario aquí

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