Por Deyanira Torres
“Resulta imperativo escribir frases invulnerables”, dijo Hugo Ball en los tiempos del dada. Ya que yo no soy nadie para desobedecer semejante invitación, aquí está: voy a ser mamá.
Recuento de acontecimientos
Primero: Me gustaría puntualizar, que aunque las mujeres tarden años en admitirlo y en llevarlo a cabo, la seria decisión de ser madre se toma aproximadamente a los 5 años. Otra cosa muy diferente es lo que se pueda pensar alrededor de la maternidad entre los 5 y los 30, pero de verdad, la decisión está tomada mucho tiempo antes.
Segundo: una vez que a uno le entra la onda de “quiero tener un bebe” no hay poder humano que se interponga entre la futura madre y su deseo. Simplemente no se puede pensar en otra cosa y todos los planes se adaptan “sospechosamente” a la idea del embarazo.
Tercero: Nueve meses es mucho tiempo, pasan millones de cosas alrededor del embarazo, cosas inimaginables, cosas que nadie te cuenta que van a suceder y con esto no me refiero solo a los síntomas que acompañan al feliz evento; entre los vomitos y los mareos hay un mar de situaciones que tienen que ver con los otros y que hacen del embarazo una experiencia colectiva. Esto no tendría nada de particular si no fuera por un par de cuestiones, el embarazo supuestamente era un deseo de pareja, y el proceso en cuestión está sucediendo dentro del cuerpo de alguien en particular, en este caso, el mio.
La noticia
Y aquí es donde las cosas se ponen muy divertidas, cuando a uno se le ocurre la brillante idea de compartir con el resto del mundo la noticia. Desde a quién se le va a decir primero y cómo hacerle para no herir suceptivilidades, hasta la esperada reacción de los seres “queridos”. A unos les importa, a otros en lo absoluto, ¡ah! pero eso si, todos, todos opinan. No solo opinan lo que sienten con respecto a tu embarazo, sino lo que piensan sobre el hecho de ser madre o padre y además, sobre cómo debes nombrar, educar, vestir, peinar, etc, a tu embrión de 12 semanas. Es cómo si estuvieran pensando en voz alta de manera inevitable y todo lo que pensaran saliera de su boca como si se tratara de un evento que les estuviera sucediendo a ellos. El despliegue de traumas y egocentrismo es algo que hay que sentarse a ver.
Hace algunos años escribí que el cuerpo femenino les pertenece a todos porque lleva el destino de la humanidad entre sus piernas. Perdón, yo era joven, no sabía lo que decía, de verdad, sigo creyendo con Lacan que la mujer no existe, pero por favor, regrésenme mi cuerpo.
¿Vas a amamantar? ¿te estás cuidando los pezones? ¿va a ser parto normal o cesarea? ¿cuánto has engordado? ¿se te hinchan las piernas? ¿estás comiendo bién? ¿tomas vitaminas? ¿ya te salieron estrías? (y cuando preguntan esto último normalmente va acompañado de un brillo en los ojos y la pregunta siempre la hace un sujeto del sexo femenino). No tomes coca ligth porque le hace daño al bebe, no hagas esto, no hagas lo otro, has aquello, sube, baja, etc,etc,etc. Nunca, nunca antes en mi vida habia sentido tal invasión a mi privacidad como ahora, no puedo describir lo sorpresivo que ha sido.
No contentos con preguntarte todo lo que se les ocurre sobre tu estado fisico, mientras te dejas, algunos hasta se refieren a ti y hacen su investigación en tercera persona. Efectivamente, preguntan ¿cuánto ha subido? ¿está comiendo bien? ¿duerme del lado izquierdo? Cuando te das cuenta que tu salud y tu persona en general no es lo que está en cuestión y que eso no importa en absoluto, es cuando por fin puedes entender que para algunos te conviertes en una especie de encuvadora que carga algo que de algún modo ellos sienten suyo. Abuelos, tios, primos, no importa el título de noblesa, todos se sienten con propiedad sobre algo que está dentro de tu cuerpo, y eso les da semejantes derechos. Claro, no todos se intrometen con la misma intensidad, y algunos simplemente se limitan a expresar su alegría por el acontecimiento, pero hay que estar preparado para tener un número de familiares actuando de manera un tanto extraña.
Personas que nunca antes habían mostrado interes alguno en relacionarse contigo, ahora te mandan mails con nombres de pastel y se vuelven la mar de cariñosos y preocupados por tu salud y estado general. Estas son las cosas que hacen que quede perfectamente claro que eso que llevas dentro no es solo parte de ti, es un otro con el que los demás se relacionan de manera diferente que contigo. Esta parte es realmente complicada, sobretodo cuando se quieren relacionar físicamente con ese otro, porque resulta que lo que tocan es tu panza, y creanme que muchos no dudan en hacerlo sin decir ni agua va.
Al parecer, en general las personas tienen especial interes en dos cosas: el sexo y el nombre del bebe. Pueden pasar horas y horas hablando de uno o de otro aspecto, como si eso fuera a influir, sobretodo en el primer caso. Y aunque no es sorpresa, solo para corroborar, México sigue siendo un pais machista, y hay personas que evidentemente piensan que es mejor tener hijos hombres porque estos son de alguna manera superiores a las mujeres. Independientemente de estos asuntos, muchas personas se interesan en saber el sexo del bebe para saber que comprarle, y como dato curiosos podría decir que sobretodo los que insisten en saber el sexo para saber que comprar, en su mayoría, quieren que sea niña. Toda una vida va a estar uno marcado con el significando “hombre” o “mujer”, como para sumarle los meses de vida intrauterina. Pero en fin, las teorías no se hacen esperar y es divertido enterarse de estas porque en este caso se podrá verificar el resultado en poco tiempo. Puedo adelantar que independientemente de las fuentes de donde se toman estas teorías, las personas en general lo que expresan son sus deseos al “adivinar” el sexo del futuro bebe.
Las teorías más comunes
La forma de la panza. Si está picuda es niño y si está redonda es niña. Como si lo fálico se extendiera por todo su cuerpo y se proyectara exteriormente. Parecido a esta teoría está la de la cadenita, la cual colocas a lo alto y en el centro de tu mano y si se mueve de adelante hacia atrás, entonces es niño y si se mueve en círculo es niña. Las representaciones de lo femenino como redondo y lo masculino como linea se pueden encontrar desde el arte prehistorico, miles de años antes de cristo.
Fea o bonita. Si te pones fea, entonces es niño, si estas floreciente y bonita entonces es niña. Claro que la misma teoría luego la aplican a la inversa, pero por lo pronto algunos toman eso en cuenta para determinar el sexo.
Si engordas mucho. Niña con toda seguridad y punto.
Mano que da, mano que pide. Se le pide a la embarzada que muestre sus manos, si las muestra hacia arriba entonces será niña, si las muestra hacia abajo, entonces será niño.
Por lo pronto estas son las teorías que han aplicado a mi bebe y por supuesto eso no quiere decir que exista un acuerdo, tanto los que aseguran que es niña lo hacen con el mismo fervor que los que aseguran que es niño. Pero no deja de ser impresionante que las teorías marquen de una manera tan evidente a los bebes que están por llegar.
Las hormonas existen
Tal vez es algo muy evidente para la mayoría de las personas, pero siendo una convencida creyente de la teoría freudiana, las hormonas hasta antes del embarazo me resultaban una excusa barata utilizada por algunas mujeres para abusar de su condición, o de algunos hombres misóginos para explicar los actos de las féminas de su preferencia, pero tener el olfato tan desarrollado como una perra, olvidar de lo que se estaba hablando cada dos minutos y tirar las cosas que se llevan en las manos; simplemente no me parece normal. Mas allá de las situaciones fantasmáticas e imaginarias que acompañan (of course), el embarazo, definitivamente hay sucesos fisícos, químicos que afectan de una manera muy singular la conducta y debo confesar que me resultó francamente perturbador el hecho de que “a mayor hormonas femeninas mayor distracción, falta de concentración, llanto sin razón o sensiblería y torpeza física”. Es el argumento más terrible que he escuchado para perder una discusión sobre género, pero es verdad, esos síntomas aparecen en algún momento del primer o segundo trimestre del embarazo. Habrá quienes no se den cuenta, ¡benditas ellas!, pero las que logran tener consciencia de su insipiente inteligencia y creciente estupidez y dependencia generalizada realmente pueden tener una revolución cerebral, y con justa razón. Que me crucifiquen las feministas, pero yo solo estoy haciendo un recuento de mi experiencia personal y bueno, no me atravería a hablar de estas cosas tan penosas si no fuera porque las hormonas pueden volver a la normalidad y uno siente el cambio inmediatamente, y por otro lado, toda la literatura que les dan a leer a “las que esperan” apoya mi teoría. De las cosas favorables de este descubrimiento, fue la “sobredosis” hormonal. Por allí del tercer o cuarto mes, me daban como unas olas de absoluta paz y calma, algo así como una “anestesia” que hacia que todo lo que estuviera alrededor me valiera absolutamente madres y que yo quedara instalada en una especie de nirvana extremandamente placentera.
El padre
Ha sido muy sorprendente la cuestión de la negación del padre como alguien que puede estar allí, que puede hacer algo con respecto a la atención y al cuidado del bebe. Al parecer socialmente aún el lugar del papá se limita al aspecto económico y por supuesto a la cuestión del nombre, de darle su apellido y continuar la dinastía; pero en términos prácticos, muy pocos ven al padre como alguien que existe en la realidad, y con esto me refiero a todas esas preguntas de ¿cómo le vas a hacer con el bebe la primera semana? ¿quién te va a ayudar? ¿y cuándo empieces a trabajar vas a contratar a alguien que lo cuide? Siempre en singular además de la lógica implicación de que el padre simplemente estará ausente o que es una especie de idiota que no sabe, ni puede aprender nada de niños y por lo tanto no podría hacerse cargo. Si el lugar de la madre es confuso y abrumador, el del padre es mil veces más dificil de sobrellevar y entender durante el embarazo. El padre es padre hasta que nace el bebe, y la madre desde que lo lleva en su panza ya empieza a ocupar ese lugar para bien y para mal.
La espera
Planear algo a 9 meses es algo casi inconcebible. Planear algo para el resto de tu vida es simplemente una locura. Sin embargo sucede, y de verdad de las cosas más interesantes de estar embarazada ha sido la paciencia que tienes que poner en práctica “a guevo”, y que va en contra de todo estilo de vida posmoderno o contemporaneo. Lo desechable, lo que usas y tiras, lo temporal, lo que se mueve constantemente, eso es lo que hay, es lo “normal” entonces de pronto encontrarte a ti mismo en una espera que va a cambiar tu vida de una manera tan dramática (según dicen los expertos), se vuelve una espera altamente reflexiva (bueno ya que sales del rollo de la tontería temporal ocasionada por las hormonas), una espera verdaderamente necesaria. Si la especie humana procrearamos tan rápido como algunos animales de verdad que nos volveriamos locos. Pero nueve meses supongo que son necesarios para asimilar lo que va a suceder a tu alrededor, pero independientemente de esto, la cuestión es que pocas cosas se esperar de esta manera y con tanta paciencia.
¿Por qué tomarse tantas molestias? Por qué aguantar a los familiares, conocidos indeseables, síntomas, todo los demás y lo que viene por delante que al parecer es bastante pesado. Por que eso si, los padres expertos no pierden ocasión para hacerte saber que si el embarazo se te ha hecho un poco pesado, eso no es nada comparado con lo que será tener al bebe en vivo y directo. Hay un franco y descarado placer en advertirles a los padres primerisos que van a sufrir y un montón. Todavía no puedo opinar al respecto, todavía faltan 4 semanas, pero por lo pronto se que cuando uno consigue algo que desea no puede ser tan malo, y que la sensación de crear y de vida es más fuerte que cualquier síntoma, malestar social y familia política. Estar embarazada tal vez sea algo que millones de mujeres pueden experimentar cuando se les venga en gana, pero de verdad, es un curso intensivo de un montón de cosas y te situa en un lugar muy diferente como miembro del sexo femenino, es como subir de puesto en la escala brujeril y adquirir poderes instantaneamente, y con poderes no me refiero a ventajas sociales, de verdad que no he gozado para nada de dichas ventajas y quedarán en mi memoria como un mito urbano, pero interiormente hay un conocimiento del mundo que no se puede adquirir de otra manera, una integración con el resto que antes no existía y que a pesar de resultar muy dificil de entender y hasta me atrevería a decir, de aceptar, esta integración es una cuestión muy primitiva, animal, una cuestión de tribu y de especie que no puedo terminar de entender porque se que en parte todavía no la he experimentado en su totalidad. Además, francamente, cuando a uno se le mete entre ceja y ceja un deseo, o lo cumples o lo sublimas, porque de lo contrario no te va a dejar en paz Hay que seguir deseando y para eso, aunque parezca una locura, hay que hacer ciertas cosas antes, en este caso, ser madre. Finalmente, aunque “voy a ser mamá” sea una frase invulnerable, “estoy embarazada” es una mera posibilidad de ser.