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Archive for the ‘Tiempo de Calidad con los Hijos’ Category

Recientemente viajé con mi familia  al Este de los Estados Unidos. Dos meses antes del viaje mi esposo y yo iniciamos un «debate» respecto a qué artefacto, juguete, libro o distractor tendríamos que llevar con nosotros para hacerle el viaje en avión más ameno a nuestra hija, y honestamente ahorrarnos la experiencia de jugar el temido rol de  «los pasajeros con nene chillón».

Pero lo curioso de este asunto es que ninguno consideramos la posibilidad de que nuestra hija se entretuviera con nuestro iPhone, pese a que desde que trajimos a casa ese aparato del demonio que sirve para todo y hace nuestras vidas más fáciles en muchos sentidos, la nenita de dos años pareció tener  un conocimiento inato sobre cómo operar el aparatejo.

Tan fácil le resultó que muchas veces bromeamos entre nosotros sobre la posibilidad de que Steve Jobs haga sus juntas de (más…)

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Hay un nuevo libro, que creo le sacará ronchas a algunos padres-madres que conozco: «Los padres que aspiramos ser» (The Parents We Mean to be), es una interesante combinación de teoría y práctica psicológica, lograda por su autor Richard Weissbourd–– psicólogo infantil y familiar quien además imparte clases en Harvard.

El libro básicamente ofrece un claro análisis del rol de los padres como maestros de moral de nuestros hijos, y muestra ejemplos de cómo y cuándo la cercanía «insana» entre padres e hijos resulta ser un agente nocivo para la construcción de una buena base moral en los hijos.

Por ejemplo, según la extensiva investigación de Weissbourd, padres que llevan una relación extremadamente cercana con los hijos, pueden poner en riesgo su desarrollo moral, por ejemplo esos padres-madres que hacen todo por los hijos para facilitarles la vida, incluyendo  detallitos como: recoger tras ellos todo lo que van dejando en el camino, en lugar de enseñarles a limpiar por si mismos, involucrarse en actividades escolares más de lo debido, y darle prioridad a preferencias triviales de los hijos, antes que las propias–explica–pueden resultar en convertir a sus hijos en personas más frágiles e insimismadas.

Los ejemplos que utiliza son divertidos y patéticos a la vez, por ejemplo el de una madre de una nena de cinco años, que en su «noble» esfuerzo por proteger a su hija de cualquier tipo de molestia, se cambiaba la ropa en múltiples ocasiones hasta que obtenía el Visto Bueno de su pequeña fashionista.

Weissbourd opina que el ponerle un valor tan alto a la felicidad de los hijos, muchas veces resulta no solo en hijos con menos solidez moral, sino –irónicamente– en su propia infelicidad.

De ninguna manera la propuesta de Weissbourd con este libro, es que regresemos a aquellos tiempos de paternidad oscurantista, donde a los padres no se les ocurría ni en navidades palabras como Comunicación y Comprensión, pero si es una abierta recomendación a que examinemos cuidadosamente los tipos de proximidades padres-hijos, que de hecho están creando distanciamientos en el corto plazo.

Así que: !Padres-Madres dejen respirar a sus niños!

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Me dio mucho gusto darme cuenta que mi niña tiene momentos propios y que uno de esos momentos, que lo recordará por toda su vida, fue cuando visitó el museo de Antropología e Historia con su papá. Leer más

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Te platico cómo ve mi hija el paisaje de la Ciudad. Te recomiendo la nueva exposición de Universum y un café muy mexicano en la UNAM. Te invito a que vivas la experiencia de ser PAPÁSDF, en su primer salida este 25 de Septiembre. Leer más

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