Nuestro Plan de quedarme en casa los dos primeros años de Mijita, llega a su fin, ya pronto cumplirá su segundo mayo, y en un par de días se inicia en la aventura del Pre-Kinder, a lo que los gringos le llaman Day Care.
La semana pasada y tras doce meses en lista de espera, hemos ido al Tour para Padres, la escuela es perfecta, en el sentido de que prácticamente todo lo que hacen los niños es al aire libre, lo que para mijita debe significar lo mismo que para mi Nirvana: su Edén particular, pues la tercer palabra que aprendió fue «Afuera».
Les mentiría si les digo que durante estos dos años en los que he sido madre de tiempo completo, no he fantaseado varias veces con este Primer Día de Escuela, y visto en retrospectiva en el contexto de la desesperación a la que puede llegar una cuando se juntan los Terribles Dos con la Ansiedad de Separación, en una misma personita de 13 kilos, ese D1 suena a Zapatos Nuevos y Cosmopolitan en Nueva York.
Sin embargo ahora que estamos a escasos 10 días de que se cumpla este perverso deseo de madre egoísta, he empezado a pensar en todo lo que cambiará en nuestras vidas, especialmente en la dinámica madre-hija que hemos llevado hasta ahora: los juegos y bailes matutinos, el episodio de Dora a quien he aprendido a tolerar gracias a mijita, las negociaciones para cambiar su pijama por ropa de calle, las escapadas veloces para evitar que le ponga zapatos ( y esto es todos los días), las idas al parque durante la semana antes del almuerzo, los paseos en el coche de pre-siesta después del almuerzo. Las búsquedas frenéticas de su chupón, las pruebas de diez vestidos diarios que ha sacado del armario, para terminar siempre con el mismo vestido amarillo que le encanta porque tiene un enorme moño y la falda un gran vuelo, que descubre dando cientos de piruetas entonando algo que parece una canción.
Y después la gran duda: Quién va a llorar primero en ese temido D1? La Madre insumisa o MIjita?
Ya les contaré. Seguro no será para tanto!
Sniff Sniff