Unos investigadores de Nueva Zelanda le dan la razón a mi suegra y a otros puristas de la educación infantil:
Aprender a ser un niño o niña «bien portado» tiene sus beneficios en la edad adulta.
Para probar esta tesis, los investigadores Neozelandeses, siguieron a más de 1,000 personas desde la infancia (2 años) hasta entrados los 30’s, encontrando que:
» ..a mayor auto-control mostrado durante la niñez, más saludables, felices y exitosos resultaban ser como adultos».
Y como medir el auto-control? : los autores de este estudio, entrevistaron a niños y adultos cada dos años para evaluar cómo manejaban la frustración, sí con frecuencia actuaban sin pensar y que tan posible les era mantenerse en un proyecto dado hasta finalizarlo. Por ejemplo, un niño de 3 años que consistentemente completaba rompecabezas, recibía una mejor calificación que otro niño que constantemente estaba distraído, lloraba o entraba en conflicto con otros niños.
El seguimiento a la edad de 32 años encontró que aquellos que recibieron una calificación baja durante la niñez, tenían una mayor tendencia a problemas de sobrepeso, farmaco-dependencia y otros problemas similares. Los autores del estudio aseguran que sus «descubrimientos» son más relevantes ya que a diferencia de otros factores como el IQ y la pobreza, con el tiempo el auto-control puede formarse y mejorar con la práctica.
Independientemente de las circunstancias del niño o niña, se ha concluido que,
«la buena crianza o educación en la familia puede mejorar el auto-control, así como posibilidades de que un niño ó una niña tengan éxito en su vida».