El año pasado por estas misma fechas mi hija ya tenía cuatro meses, y era buen momento para socializar y empezar a poblar su futuro grupo de juego. La recomendación general nos llevó a buscar un grupo de “Mommy and Me” ( Mi mami y yo), lo cual fue sumamente fácil pues nuestro hospital auspiciaba uno con bastante éxito.
No se cómo funcionen otros, pero este Mommy and Me seguía una rutina consistente en: saludar y presentar a los nuevos miembros del grupo (madre y bebe), cantar y bailar la primer canción, cantar y ….bailar la segunda canción, cantar la tercer, cuarta, quinta, sexta y séptima canción y bailarlas todas. Al final del canta-show, la coordinadora del grupo daba una plática sobre algún tema elegido previamente y relacionado por supuesto con “las maravillas de ser madre y lo especial y único de tu bebe”.
Desde el primer día supe que no pasaría la audición, no se me da ni la cantada ni la bailada y mucho menos sin perder de vista a mi retoño, y encima concentrar toda mi energía para “transmitirle todo mi amor a través de las dulces canciones infantiles”, si no conocía las canciones en español, mucho menos en inglés. Todo parecía tan armónico, tan sincronizado, todas y cada una de esas mujeres sabían perfectamente qué hacer, hasta los bebes de meses, me parecía que conocían la letra de todas las canciones, era absolutamente intimidante. Pero ni mi hija ni yo seríamos el “patito feo” del grupo, era mi obligación moral y como madre, no darme por vencida y mostrarle a mi hija desde corta edad que no había reto imposible de lograr.
El primer intento fue todo un desastre, pues mi “energía” estaba enfocada a tratar de ir al menos en la misma dirección que el resto del círculo de alegres madres danzantes y no arrojarme por el suelo con todo y mijita. Pero la cantada era crucial, algo debía ocurrírseme para por lo menos aparentar hacer lip-sync correctamente.
Entonces la epifanía tuvo lugar: ¡Por supuesto que conocía canciones infantiles! No en inglés, pero claro está que de peques mis hermanos y yo escuchamos todas las canciones del gran Don José Gabilondo Soler, alías Cri Cri. Tanto tocábamos sus discos (recuerdan los LP’s?), que volvimos alcohólico a mi padre.
Me emociono la posibilidad de dejar de hacer el ridículo frente al enorme grupo de madres, expertas y dedicadas, al que pretendía pertenecer, gracias a Cri Cri mi pequeñita empezaría a hacer amistades, y pronto contaría con un grupo de niños con quien jugar, y la invitarían a piñatas, y ella tendría sus cumpleaños llenos de niñitos de su edad, y después irían a la misma escuela, y……y….y……..
Mi plan era sencillo, cada canción tiene un tema central (el perro, el abuelo, los caramelos, la hora de dormir), en todos los idiomas es la misma historia, solamente había que encontrar en el catálogo mental que según yo guardaba gracias a mis recuerdos infantiles, la canción de Cri Cri que coincidiera con la canción que las demás mamis cantaban y hacer la permuta en el acto, así yo podría bailar y mover los labios, ser aceptada en el Mommy and Me, y finalmente lograr el éxito social de mi pequeña hija.
Pero la secuencia de hechos no se dio exactamente como la imaginé en mi cabeza. Durante el maternal concierto las cosas sucedieron mas o menos así:
Grupo (canta a coro perfecto): “Two little monkeys jumping in the bed, one fell down and bumped his head….”
Voz Interior (en segundo plano): “negrito sandia, ya no digas tonterías…negrito sandia o te acuso con tu tía…”
Grupo (canta a coro perfecto y a todo pulmón): “Itsy, bitsy spider……”
Voz Interior, (en tercer plano y angustiada por no recordar la letra): “La patita, la patita, la patita, la patita. Um-um-um-um, ..algo de bolitas…na, na, na, na, na”
Grupo (continua cantando a coro perfecto, ahora se unen los niños al coro (en mi distorsionada imaginación)): “There was a farmer had a dog, and bingo was his name-o…”
Voz Interior (en cuarto plano, con la mente en blanco después de la siguiente mini estrofa): “Al perrito le duele la muela, gua gua gua gua gua gua gua”.
Grupo (cantando no solamente a coro perfecto, sino ya mi mente se adelanta a un final desastroso y ve en los rostros de estas mujeres risas humillantes) : “Humpy Dumpy sat on a wall…”
Voz interior (casi sin voz interior, con sudor frio en la frente, la mente sigue en blanco, no recuerda otra canción de cri cri, pero espera, creo que esta es): “Dale, dale, dale, no pierdas el tino, dale dale dale….(que esta no es de cri cri)”.
La importancia de tener amigas
Al final del día, mi experiencia en Mommy and Me fue increíble, me perdonaron mi falta de talento e inexistente conocimiento musical, de hecho hubo quien se ofreció cantarle a mi hija una que otra nana, para que no le hiciera falta amor a la pobrecita.
Se organizaron actividades que enriquecieron la educación de nuestros hijos en los primeros meses, como ir al cine los lunes, a la función especial de mamás, donde a nadie le importa los llantos ni las pataletas, caminatas y días de campo, salidas al parque, clases de natación, lectura de cuentos en bibliotecas, etc.
Pero lo más importante es que contar con una red social y compartir tu experiencia y problemas con otras mujeres que al igual que tu, son madres por primera vez, y seguramente tienen los mismos miedos y se enfrentan a retos similares, te permite desarrollar una creatividad colectiva para prevenir problemas y resolverlos cuando ya están aquí. Se trata de saber que cuentas con amigas para bailar al mismo son.
Mil gracias por leerme, hasta el proximo Jueves!!
Marga
Ayy como me haz hecho reir de verdad por que he pasado una y otra vez por etapas similares. Es como cuando fui al colegio por primera vez pero con un bebè en brazos, y todos con el uniforme puesto y de pronto te das cuenta que tus calcetas no son del mismo color que las demàs, o que la falda no lleva olanes, o aùn màs complicado que no hablan el mismo idioma que tu. Al final uno encuentra el camino y se fabrica una nueva historia, pero si la primera vez de contacto con otras Madres es un alucine, por lo menos para algunas de nosotras…
Me da mucho gusto que te haya sacado unas risas con este blog, en verdad que mil gracias por leerme, me alienta mucho saber que estas aqui, conmigo en esto. Un abrazote
Jelou… magníficos relatos!… y una observación mega leve… era Francisco Gabilondo Soler, el José que mencionaste no sé si era hermano suyo o si era José Francisco…
Hubiese estado bárbaro que les cantaras la versión hardcore de «La Patita»:
La patitaaaaa, baila quebradita con los más borrachoooos…
son re machoooos: calafieros, pingos, drogos y gabachoooos…
😉
Mil gracias por tu comentario, ya sabes que tu opinion para mi es….pricelesss.
By the way…. es Francisco JOSE Gabilondo Soler, pero prefiero a los Pepes que a los pacos. heheheh